El principal beneficio, y también el primer atractivo, de realizar actividades acuáticas para niños y mayores es que es divertido. La levedad del peso, la mezcla de ralentización y velocidad en los movimientos, dependiendo de si remamos a favor o en contra y los saltos y chapoteos, son factores que juegan a favor y generan bienestar, placer y alegría. El agua nos rodea de una forma especial, haciendo que nuestra actividad física parezca mucho menos intensa , más liviana y, también, proporcionándonos un entorno acogedor y protector en el que movernos con más seguridad que si lo hiciéramos al aire libre.